Imagina por un momento que estás en el instituto. Es primavera y estás al aire libre practicando tu deporte favorito. Estás jugando muy bien, tus compañeros están contentos. De repente, te aprieta el pecho y se te seca la boca.
Te pones las manos sobre la cabeza para abrir las vías respiratorias, pero por alguna razón sientes como si no estuviera llegando oxígeno. Entonces te golpea una ola de cansancio.
Esa fue mi experiencia jugando al tenis en el instituto. Me pasó justo en el momento cumbre de un partido. Al principio podía correr por la pista, pero al poco tiempo me parecía difícil, si no imposible.
Era una señal clara de que el asma me estaba atacando con toda su fuerza - junto con falta de aliento, opresión en el pecho y respiraciones rápidas.
Mi experiencia como joven atleta no es poco frecuente. Aproximadamente el 90 por ciento de las personas que viven con asma experimentan síntomas después o durante el ejercicio - y puede ser una causa aún más común de síntomas de asma en adolescentes y adultos jóvenes.
Existe la percepción errónea de que las personas con asma no pueden (o no deberían) hacer ejercicio, y después de leer mi anécdota del partido de tenis, puede que estés acuerdo. Pero cada vez más investigaciones muestran que el ejercicio es posible para la mayoría de las personas con asma.
Es bien sabido que el ejercicio es bueno para la salud en general, pero también puede ser bueno para el asma. Un estudio realizado en el European Journal of Epidemiology muestra que la disminución de la actividad física contribuye a un control deficiente del asma.
Por el contrario, varios estudios han encontrado que incluso pequeñas cantidades de ejercicio aeróbico, como caminar tres veces por semana, pueden ayudar a mejorar los síntomas del asma y la función pulmonar.
En algunos casos, limitar la actividad física tiene sentido y es lo más seguro. Por ejemplo, probablemente no es un buen momento para hacer ejercicio si sientes que tus síntomas de asma no están bien controlados, si estás experimentando un brote de síntomas o has tenido un ataque de asma recientemente, o si el ejercicio podría exponerte a factores desencadenantes como el polen o la contaminación.
Sin embargo, con un plan de manejo de síntomas apropiado, puedes tomar el control de tu experiencia de actividad física y lograr mejores resultados.
De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos, los adultos deben hacer ejercicio 30 minutos al día con un mínimo de 150 minutos por semana de actividad física moderada. No existe una única opinión sobre el acondicionamiento físico, y no tienes que hacer CrossFit para ver los beneficios del ejercicio.
Dependiendo de la época del año que sea, puedes intentar caminar o correr al aire libre, o puedes hacer estas actividades en el interior de tu gimnasio local. Otros tipos de ejercicio pueden incluir ciclismo, aeróbic acuático, bailes de salón, canotaje o levantar pesas. La idea es que te mantengas en movimiento una cantidad regular de tiempo cada semana - así que escoge algo que te guste hacer.
Aquí están mis consejos para hacer ejercicio teniendo asma.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, cerca de 25 millones de estadounidenses viven con asma. Casi la mitad de las personas diagnosticadas tuvieron un ataque de asma en 2008, pero podrían haberse prevenido evitando ciertos factores desencadenantes y el uso adecuado de los medicamentos.
Al usar los medicamentos adecuadamente y mantener los síntomas del asma bajo control, se abre un mundo de posibilidades - incluyendo el ejercicio - para las personas que viven con asma. Así que, lo primero es lo primero: Asegúrate de usar tus medicamentos como se indica. Si tu tratamiento actual no está funcionando bien para controlar los síntomas, pide cita con tu médico para discutir otras opciones.
Antes de comenzar cualquier entrenamiento, normalmente hago un calentamiento de cinco minutos trotando en la cinta de correr o haciendo sentadillas de velocidad. Debido a que muchos síntomas pueden ocurrir en los primeros 5 a 10 minutos directamente después del entrenamiento, es importante empezar despacio y aumentar la intensidad poco a poco.
No te olvides de la fase de enfriamiento. Unos pocos minutos de caminata o de estiramiento ligero pueden ayudarte a refrescarte tras tu entrenamiento, lo cual también puede aliviar los síntomas del asma después del ejercicio.
Nunca me di cuenta de la importancia de tomar descansos hasta que un día me excedí. Estaba corriendo en la cinta y sentí que el pecho y las vías respiratorias se estrechaban lentamente. Aun así, pensé: "¡Puedo hacerlo!"
Mi recuperación de esa carrera fue difícil y necesité mi inhalador de rescate. Hay que empujarse a uno mismo, sí, pero también hay que conocerse a uno mismo. En ese momento, probablemente podría haber corrido a un ritmo más lento y haber conseguido los mismos resultados sin quedarme sin aliento.
No estoy diciendo que tengas que ponerte límites automáticamente: Hay muchos atletas profesionales con asma. Lo que estoy diciendo es que necesitas respetar y entender el nivel de actividad física que es apropiado para ti y gradualmente empujar esos límites de una manera que sea segura, con el apoyo de tu médico.
Yo no corro todos los días y tú tampoco deberías hacerlo, a menos que sea tu pasión y sepas que es seguro. El ejercicio se puede hacer casi en cualquier lugar y en cualquier momento, y no tiene por qué ser un ejercicio elaborado con múltiples sets o en un gimnasio especial.
Desde que vivo en una ciudad, caminar se ha convertido en una fuente de ejercicio cuando no voy al gimnasio. Nuestro supermercado local está a unos 3 kilómetros de mi apartamento y normalmente camino hasta allí porque es cuesta arriba. Si no compro demasiado, lo que es casi imposible, vuelvo caminando con unas pocas bolsas o traigo una mochila para llevar todo. Son, aproximadamente, 30 minutos de actividad física en cada dirección, superando la recomendación diaria.
Si no vives en una ciudad, puedes entrenar en casa - hay cientos de tipos distintos de entrenamientos disponibles en internet que requieren un equipo mínimo, o a veces ninguno en absoluto.
También me gusta hacer entrenamientos a intervalos de alta intensidad, ya que hay momentos para recuperar el aliento, llamados "recuperación activa". Hay muchos recursos para encontrar entrenamientos personalizados dependiendo de tu nivel de condición física. Se trata de ser creativo y moverte de maneras que funcionen para ti y para tu horario.
A través de los años, he jugado al tenis, al fútbol, he hecho boxeo… Y mucho más, a pesar de vivir con asma. Pero, lo más importante, es que siempre he consultado a mi médico para asegurar el control adecuado de los síntomas del asma, ya que diferentes actividades pueden tener efectos diferentes.
Siempre es importante trabajar con tu médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicio. Ellos te pueden ayudar a determinar qué tipo de ejercicio es mejor para ti. Recuerda, lo más importante que puedes hacer es mantenerte activo - pero hazlo con un propósito y con un plan.