Pasadas las fiestas, retomamos la rutina. Una rutina que, como asmático, comienza con la dosis de medicación diaria (aerosoles, inhaladores, cortisona…) y continúa con tratamientos varios para paliar los síntomas de la enfermedad.
Tras años de estas rutinas, hoy quisiera compartir y AGRADECER a los neumólogos, alergólogos, farmacéuticas y entidades que, de una u otra manera, nos están ayudando (a mí y a otros pacientes) a poder llevar un poco mejor este “problema” del asma.
Desde mi experiencia personal, debo nombrar y agradecer a mi equipo de neumólogos de referencia por añadirme al grupo de aplicación de tratamientos para ciertos aspectos del asma. También, por iniciar un nuevo tratamiento para intentar reducir los síntomas de la enfermedad. A este mismo equipo, por el seguimiento y tratamiento de las pseudomonas (que son unas bacterias que pueden infectar diversas partes del cuerpo) que, en tres ocasiones, he tenido. Esta detección y cura de la pseudomona ha sido posible gracias al seguimiento mensual, mediante análisis de saliva, de cualquier “bichito” indeseable que pudiera haber en mis pulmones. Y, todo ello, es gracias al esfuerzo y el trabajo del personal sanitario.
En este apartado, también merecen una mención especial las empresas dedicadas a la fabricación de los aparatos indicados para estos tratamientos; su rápido suministro y controles mensuales sobre la idoneidad de su funcionamiento y sustitución cuando es necesario. Agradecer a la ONCE por los cursos que imparte sobre terapias respiratorias y sus ayudas para enseñarnos a respirar correctamente, (enseñándonos las nociones básicas para poder relajarnos y “alejar” los miedos cuando sentimos esa angustia “de no respirar”.) A los alergólogos, que están implicados con las diferentes asociaciones de asma (Asma Madrid, SEPAR, FENAER…) siempre dispuestos a indicar y ayudar en los nuevos tratamientos y técnicas respiratorias.
Sin embargo, a pesar de que hay muchos organismos que se preocupan verdaderamente por nosotros y que nos han enseñado “esas rutinas” que nos ayudan en nuestro día a día, no son suficientes aquellas entidades que apoyan a los asmáticos. Por ello, todas estas ayudas se quedan cortas y, por desgracia, no llegan a la inmensa mayoría de los pacientes con asma.
Los asmáticos estamos en una “esquinita” de las ayudas estatales o autonómicas. Hay muchas, muchísimas actividades, simposios, carreras, días, campañas para otras enfermedades, pero prácticamente nada a favor de los asmáticos.
Esta enfermedad afecta a muchos españoles, con un balance de más de mil muertes al año (1.111 fallecimientos en el año 2018, según datos de Statista (A.Díaz, 2020)), cifra que ha experimentado un crecimiento progresivo a lo largo de los últimos años. Y, a pesar de esto, salvo muy muy contadas excepciones, estamos bastante abandonados.
No obstante, es importante resaltar la fantástica labor de esas pocas entidades y personas que ayudan a los asmáticos. Lo que pretendo es transmitir que lo que necesitamos es más, MUCHA MÁS AYUDA de las entidades públicas. Por lo que, desde aquí, seguiré luchando por visibilizar aún más esta enfermedad que afecta, nada más ni nada menos, que a TRES MILLONES de españoles, según datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias. (CIBERES, 2020)
Y, desde mi ventana, solo puedo decir: ¡” EL ASMA NO ME VA A HACER PERDER TODO LO BUENO Y BONITO QUE HOY TENGO QUE HACER”!
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