Tengo una amplia lista de desencadenantes de la migraña. Lo que me provoca ataques de migraña con mayor frecuencia es la falta de sueño, el estrés, saltarme comidas, la deshidratación, tomar lácteos o cosas con mucha azúcar, no hacer los descansos suficientes durante el día y coger un avión.
Además de estos desencadenantes frecuentes comunes, tengo ataques de migraña en respuesta a otros más raros que podrían sorprenderte.
Estas son algunas de las cosas sorprendentes que empeoran mis ataques de migraña.
¿Conoces esa sensación cuando acabas de terminar un entrenamiento extraordinario, la energía recorre tu cuerpo y te invade la emoción por haber logrado algo positivo? Yo sí.
Me encantaba esa sensación después de hacer ejercicio.
Me sentía con energía para el resto del día o la noche.
Lamentablemente no tengo esa sensación desde hace años. Por culpa de la migraña, cuando termino de hacer ejercicio, me siento agotada. Es el tipo de cansancio que me hace sentir como si prácticamente no pudiera estar de pie.
Mi cabeza se vuelve pesada y me siento exhausta. siento como si me empujaran hacia el suelo. Entonces, empieza el dolor. Siento un dolor agudo alrededor de las órbitas de los ojos y en la parte de atrás de la cabeza.
En vez de sentirme eufórica después de un entrenamiento, me siento derrotada.
Esto sucede después de salir a correr, hacer saltos, ir a una clase de spinning o prácticamente después de cualquier tipo de ejercicio que tenga un componente de cardio. Por lo tanto, la atleta universitaria que una vez fui ya no puede correr ni durante unos minutos.
¿Cómo lo afronto? He descubierto otro tipo de ejercicios que son eficaces, pero que no desencadenan el dolor. El yoga (incluso el yoga con calor) y el pilates reformer hacen que sienta que cumplo los objetivos sin que provoque más dolor. La única limitación es que tengo que evitar hacer el pino o movimientos boca abajo que aumenten la presión en la cabeza, ya que esto desencadena el dolor. Con el yoga con calor, puedo sudar sin ningún problema.
Dicho esto, lo que funciona (o no funciona para mí) puede ser totalmente diferente para otras personas con migraña crónica.
Cualquiera pensaría que los momentos más estresantes de mi vida desencadenarían mis ataques de migraña. Pero descubrí que en realidad la migraña ataca justo después de que haya pasado el momento de estrés.
Esto ya era así cuando era pequeña e iba al colegio. Cuando terminaba el último examen final, comenzaba la migraña. Del mismo modo, después de una semana de trabajo estresante o circunstancias personales difíciles, siempre comenzaba a tener migraña.
A menudo, estas situaciones estresantes son inevitables.
En esos momentos trato de concentrarme en los ejercicios de respiración y escribo para liberar mis frustraciones y mi ansiedad.
Puede parecer extraño, pero los cambios atmosféricos pueden desencadenar la migraña.
En la mayoría de los casos, puedo sentir cuando llueve o cambia la temperatura porque siento un cambio de presión en la cabeza. A veces, incluso con un día de antelación, puedo sentir que algo va a pasar. Cuando el tiempo empeora la temperatura aumenta de 10 a 15 grados, suelo padecer migraña de nuevo.
Por eso suelo temer los cambios climáticos.
No hay nada peor que entrar en la nube de perfume de alguien o pasar accidentalmente por la sección de perfumería de una tienda. Incluso caminar cerca de una perfumería es para mí una amenaza. Los olores pueden desencadenar al instante una migraña o empeorar el dolor de una ya existente.
Soy bastante sensible a las fragancias. Debido a esto, he tenido que pedir a las personas cercanas que no lleven determinados perfumes. También les digo que no enciendan velas cuando yo estoy cerca.
Además, a menudo no tengo más remedio que taparme la nariz cuando viajo en el metro con alguien que usa una fragancia demasiado fuerte.
Me encanta la oscuridad. Evito la luz amarilla intensa o la luz brillante siempre que puedo. Del mismo modo que mi nariz es sensible a los olores, mis ojos son sensibles a la luz, todo por culpa de mi cabeza con migraña.
Cuando veo una ambulancia por la calle, o incluso la luz intermitente de una bicicleta, tengo que taparme los ojos. Aun así, el parpadeo continúa con los ojos cerrados.
La luz de las pantallas de los aparatos electrónicos también me molesta. Así que tengo siempre la luz de las pantallas del móvil, el ordenador y la TV con el nivel más bajo de brillo. Incluso coloco protectores de pantalla en los monitores de mi ordenador para protegerme más de la luz.
Mientras escribía este artículo, revisé conexiones a través de Instagram para descubrir las cosas sorprendentes que desencadenan sus migrañas.
Algunos de estos sorprendentes desencadenantes son: tumbarse, el sol, tonos altos, ruidos repetitivos, un sueño profundo, la lluvia, trayectos largos en coche, la cerveza, saltar, las coletas de pelo, el humo, las limas, el fiambre, el sexo y el chocolate blanco.
Está claro que nuestros factores desencadenantes son muy variados. Es importante que todos respetemos los desencadenantes de los demás, sean los que sean.Idealmente, tal vez todos podríamos acceder a dejar de usar perfume cerca de personas con migraña.
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MIG-US-NP-00101 OCTUBRE DE 2018