En estos momentos de zozobra, incertidumbre y miedo que estamos padeciendo por causa del COVID-19, es cuando debemos hacer un llamamiento a nuestra responsabilidad y a la de los sanitarios sobre la necesidad y conveniencia de “seguir” con los tratamientos y pautas que nuestro asma o problemas respiratorios necesitan.
Cuando eres asmático, no siempre tienes que seguir un único tratamiento, según tus síntomas, según tu evolución, tu médico te elabora un plan de acción para conseguir identificar el tratamiento adecuado para ti. Hay varios tipos de medicamentos, algunos son inhaladores de alivio rápido que yo suelo llamar “inhaladores de rescate”, que me ayudan en los momentos en los que me da un ataque de asma.
Hay otros que son medicamentos más a largo plazo para evitar que mis síntomas vayan a más y, además, me ayudan a reducir la frecuencia e intensidad de esos ataques de asma. No tengas miedo a tratarte y probar nuevos fármacos, confía en tu médico, con él estás en buenas manos.
A lo largo de mi vida como paciente asmático de la mano de mis médicos he probado numerosos tratamientos nuevos hasta dar con el perfecto para mí.
Ha salido un nuevo fármaco que “dicen” que va bien contra el asma... ¡A probar!
Se está pautando una nueva gama de aerosoles... ¡A probar!
Se están haciendo pruebas con unos nuevos aparatos de aerosol y con soluciones salinas que, parece ser, que funcionan en ciertos pacientes... ¡A probar!
Se están utilizando una nueva gama de “corticoides” y antibióticos con menos efectos secundarios a mediano y largo plazo... ¡A probar!
Hay unas nuevas técnicas respiratorias que pueden favorecer los procesos asmáticos... ¡A probar!
Hay unas nuevas vacunas, personalizadas a cada paciente, que alivian los síntomas alérgicos y, por consiguiente, facilitan y refuerzan los tratamientos contra el asma... ¡A probar!
Y así una tras otra: pruebas, fármacos, tratamientos..., todo tipo de ayuda que parece que nos puede ayudar, la probamos para conseguir aliviar los síntomas de la enfermedad. En mi opinión, debemos y tenemos la obligación de hacerlo, tanto en beneficio propio como para el resto de personas que sufren asma, para así ayudar a desarrollar los mejores fármacos para combatir esta enfermedad.
Y no tenemos que tener miedo de los efectos secundarios de estos tratamientos, ya que, en mi caso, doy por buenos estos efectos si así me ayudan a reducir los síntomas, por ello, los intento llevar de la mejor manera posible. Cuando por ejemplo me dicen: has engordado un poco... ¿no?... La respuesta es siempre la misma: “Es la cortisona”, y no tengo por qué avergonzarme de ello. Todos estos tratamientos son para mejorar mi salud, que es lo más importante.
Así que, si estáis luchando por combatir esta enfermedad que es el asma, os mando todo mi apoyo y os animo a que habléis con vuestro médico para encontrar el tratamiento idóneo para vosotros que os permita vivir de la mejor manera posible.
Y, RECORDAD, DESDE MI VENTANA, SOLO PUEDO DECIR:” EL ASMA NO ME VA A HACER PERDER TODO LO BUENO Y BONITO QUE HOY TENGO QUE HACER”
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